Descubierta en Tanzania en 1954, esta roca metamórfica combina zoisita verde musgo con pargasita verde oscuro y granos de rubí (que pueden ser bastante grandes, de hasta varios centímetros de largo). Estos cócteles de cristal tienen un color llamativo y con la pargasita más oscura, que puede parecer semillas, pueden parecer deliciosos y casi frutales.
El rubí en zoisita, también llamado anyolita, aprovecha los elementos fuego (rubí) y tierra (zoisita) a la vez y resuena con los chakras de la corona y del corazón simultáneamente. Transmuta energía negativa en positiva.
